Archive for December, 2008

El Teatro De Sabbath

Friday, December 5th, 2008

Novela escrita en 1995.

Quería introducirme en el mundo de Philip Roth. Alguien me aconsejó leerlo. La lectura ha valido la pena. Y eso que la he hecho en inglés (edición Vintage), con lo que conlleva leer una novela de 450 páginas, de una densidad y calibre exquisitas.

Escribo un ejemplo, página 8:

“He could have told her to fuck off, of course, especially as Drenka would have participated as ardently in the threesome without the money as with, but to agree for a night to act as her john seemed to do as much for him as it did for her to pretend to be his prostitute”.

Como iniciación, como decía, al mundo de Roth, he preferido escoger una de sus novelas “independientes”, fuera de los ciclos que tiene, más concretas. Uno de ellos dedicado a un “alter ego” escritor.

La novela es un cúmulo de situaciones humorísticas.  El lector no debe dejarse llevar por la idea de que lo único que lee es retahilas de escenas donde el sexo, el mal gusto y la insensibilidad reinan. No.

Hay que tomarse la lectura primero como un ejercicio de catadura. Dejarse llevar por el ritmo que impone Roth. A veces muy lento, otras en las que no deja al lector respirar. La estructura de la novela es asimétrica, y para colmo, no hay grandes separaciones en cuanto a capítulos. Es todo como un engrudo, en el que hay que meterse. Tal así, que en las primeras treinta páginas, todos los personajes de la novela, los que tendrán mayor influencia ya han sido presentados. Mickey Sabbath – absoluto protagonista – , su hermano Morty, su madre, su padre, su mujer Roseanna, su amante Drenka, la chica del trío con Drenka, Christa; el hijo de Drenka, Mathew; Silvija, Matija… quizás quede Nikki, la primera mujer de Mickey.

Tras la presentación, se da un inmenso nudo, que lleva a un desenlace maestro.

Roth aprovecha para meterse con todo. Se mofa del patriotismo americano (escenas maestras que comparten meadas y banderas), de cierta parte de la cultura judía, del feminismo. Están los alcohólicos, los locos, los abusadores sexuales, los fantasiosos. Queda también algo del antiguo y buen americano, encarnado en el tío Fish, personaje entrañable que aparece al final de la novela.

Por encima de todo, de todos los temas tratados, en los que predominan el sexo y la muerte, está el amor por el lenguaje y su utilización al servicio del ritmo y el tono. No es una acumulación de escenas la novela. Es un esfuerzo,  – titánico o no, es algo  que sólo Roth lo podría afirmar – por escribir de cierta manera. Roth nos enseña que el idioma inglés no sólo sirve para usarlo como moneda de cambio. Es mucho más. Le saca jugo.

“Remarkable” El mismo Roth se ríe de esta palabra. Tan usada y reusada hoy en día por tantas gentes. Todo es “remarkable”. Roth sólo usa esta palabra en cierta escena. Y huye de ella después. Esto le hace ser un escritor ante todo. Que el lector supere sus propios esquemas morales a la hora de afrontar este libro. Superados, tendrá ante sí una gran novela.

Por último, destaco de Roth una cosa ante todo. Ya la he mencionado: es el ritmo que  impone por momentos, sobre todo en sus diálogos. El lector sin darse cuenta (y hubiéndola leído traducida habría sido más evidente) ha pasado tres o cuatro páginas. No cabe duda de que Roth disfrutó y se divirtió mucho escribiendo esta novela.

El diálogo en el que Mickey se anima a comprar vodka a la joven alcohólica; el que tiene con Michelle, la mujer de su amigo Norman; el que tiene con Christa; los que tiene con  su alcohólica mujer; el que existe en el tribunal, por sacar a la vista el pecho de una estudiante en el Bronx, durante su espectáculo.

O un arranque como este, en el que acelera y desacelera a voluntad, sabiendo que conduce con su cerebro un Lamborghini:

“Spontaneously Sabbath applauded. As far as he could tell, there were no longer street performers like himself – street far too dangerous for that – the street performers now were homeless beggars and bums. Beggar´s cabaret, beggar´s cabaret that was to his own long-extinct Indecent Theater what the Grand Guignol was to the darling Muppets and their mouths, all the decent Muppets, making people happy with their untainted view of life; everything is innocent, childlike, and pure, everything is going to be okay – the secret is to tame your prick, draw attention away from the prick. Oh, the timidity! His timidity! Not Henson´s, his! The cowardice! The meekness! Finally afraid to be utterly unspeakable, choosing to hide out in the hills instead! To everyone he had ever horrified, to the appalled who´d considered him a dangeorus man, loathsome, degenerate, and gross, he cried, “Not at all! My failure is failing to have gone far enough! My failure is not having gone further!” “.