Tago Mago – Diez Años

Hace ya casi diez años estaba yo sentado en un sofá cierto día de prímavera. Solo, en una casa de las llamadas “semi-detached”, con una cocina enfrente mío entre otras cosas, siendo una de ellas una consola de videojuegos cargada con un cd llamado “Tago Mago”. Lo compré en la ciudad de Reading, en la HMV creo, y supongo que me costó una pasta en libras.
Era mi primera experiencia con el sonido de Can, ese grupo alemán del que tanto se habla a veces en estos días de todo tipo de inútiles revivals pasajeros.

CAN TAGO MAGO

Se fue haciendo de noche según pasaban de largo los temas y aquella música, aunque de lo más intrigante, me ponía un poco nervioso. ¿Qué iría a pensar el posible inquilino en su vuelta al home sweet home? Algo, o bastante, tuvo aquello de experiencia religiosa. Ni siquiera las contínuas críticas y quejas de mi compañero de habitación cada vez que me veía con el cd naranja y amarillo a cuestas me incitaron a dejar de escuchar esta música.

Esta noche, nueve años, diez meses y un par de semanas después, a riesgo de equivocarme un poco, escucho de nuevo, por enésima vez Tago Mago. Creo que la decoración ha cambiado bastante; no solo lo creo, lo veo. Ya es noche cerrada, y me sigo acompañando a mí mismo. Por aquí donde estoy ahora.

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