¿Qué es un blog?
Un lugar en el que escribir.
Su utilidad es inversamente proporcional al número de personas que lo leen. ¿Por qué? Porque cuanta más gente lo hace, más se embadurna el autor. En opiniones, matices, detalles, que sólo enriquecen el blog, pero nada más. Es como añadir dibujitos aleatorios en la factura del gas. ¿Alguien va a dejarla de pagar?
¿Para qué escribir, pues? Hay dos razones fundamentales:
– una, por placer.
– dos, por el futuro. De megas hemos pasado a gigas, y de gigas a teras. El problema no es la cantidad (¡para qué hablar de la calidad!) sino el aprovechamiento. Nadie nos puede asegurar, sin embargo, que dentro de cierto tiempo, el ser humano no tenga la capacidad de asimilar la información en la misma progresión mega-giga-tera, y en un espacio temporal digno. Sólo por si realmente ocurre esto, en el futuro, escribo.
Mientras, la sala permanece vacía. Un saludo al futuro. Falta poco ya, Zinoviev. O eso espero.